En verano, en invierno…nuestro hijos se aburren, se abuuurren mucho, y nos lo hacen saber insistentemente. Pero pensemos ¿Cómo es posible que un niño se aburra? Su naturaleza es la de la curiosidad, la de la acción, su cerebro está más y mejor preparado que en ningún otro momento para la creatividad…se asombran de todo, por eso pueden pasar una hora mirando una mariquita caminar por su mano.
Con la creatividad, la curiosidad y el asombro en su máxima cota ¿Cómo se aburren taaaanto?
Quizá la respuesta venga de los primeros años de vida.
En casa tenemos de todo para tenerles entretenidos, Wii, Xbox, ordenador, Ipad, móviles con internet, DVDs….Parezco mi abuela, lo sé, diciendo «¡ay hija! tanto cachivache no puede ser bueno para el niño», y nos reímos de ellas porque «¡¡Estamos en la era digital abuela, estas cosas tu no las entiendes!!»
Pues resulta que a las abuelas ahora les avala la neurociencia, los últimos estudios de neuropsiquiatría han descubierto que no es recomendable exponer a niños menores de dos años a pantallas, porque estas les producen mas efectos negativos que positivos.
La explicación: Los niños en estos primeros años tienen sobreproducción de conexiones sinápticas, por lo que esta sobreestimulación es innecesaria y contraproducente para el desarrollo adecuado del cerebro. Estos estudios, demuestran que el bombardeo externo de estimulos no hace niños mas listos y pueden causar problemas de aprendizaje e hiperactividad. ¿Puede ser una de las múltiples causas de la semi-epidemia de TDAH? En esa dirección están las investigaciones actuales. ¡¡Toma lección de la abuela!!
Esto destierra un mito muy arraigado ultimamente…»Si le pongo vídeos de Pocoyó en inglés, desde bien pequeño…aprenderá antes el idoma». Se sabe ahora que NO, que el «cuanto antes y más» no es válido para niños sin dificultades, pero en los últimos años ha calado la idea errónea de que es bueno que los padres estimulen al niño todo lo que puedan (la estimulación temprana no se creó para niños sin dificultades).
Las empresas quieren seguir vendiendo DVDs por eso te convencerán de lo contrario, de que sí se produce aprendizaje. Es importante que no todos los juegos tengan pilas, las pilas debe ser su propia motivación por crear y curiosear, sin darselo todo masticado.
El mamá me abuuuuurro también está relacionado con la sobreestimulación. Cuando presentamos al niño estímulos externos de manera que estos suplantan su asombro, anulamos su capacidad de motivarse por si mismos, su curiosidad, al final el niño se apalanca y cada vez le cuesta más encontrar algo que le divierta o le ilusione.
Pero,¡¡ hey papis!!, estos son buenas noticias, si piensas que después de un día largo de trabajo debes hacer de animador con tus hijos, ya puedes estar más tranquilo, la calidad no se mide con el número de estímulos que le damos al niño.
Sólo con estar, con establecer un vínculo con él, darle la papilla, mirarle, sonreir, es suficiente. Un bebé de 6 meses ya tiene suficiente con mirarse las manos, no necesita tantos juguetes que le hablen. Un bebé de 9 meses está encantado con jugar con la arena del parque. A un niño de 12 meses le basta con el «cucu tras» si previamente no ha estado sobreestimulado, porque entonces pedirá más y más….y con 4, 5, 6 años se aburrirá muy rápido.
Quede claro que no digo que las nuevas tecnologías sean malas en si, no lo son, la reflexión va más allá de bueno vs. malo, simplemente todo debe ser en su justa medida y adapatándolo a la edad real del niño.
Preguntémonos si de verdad es necesario que los niños pequeños aprendan por primera vez a través de las nuevas tecnologías, o es mejor retrasar su contacto.
Preguntémonos si, a edades más avanzadas, están supliendo otro tipo de aprendizajes y corremos el riesgo de olvidar la experiencia directa y cercana a su mundo cotidiano, con lo que eso conlleva.